Núria Morlans
Bruxismo, dolor de cabeza y problemas de sueño

En los últimos años de Universidad, en una visita de control al dentista, me diagnosticaron bruxismo; es decir, que apretaba la mandíbula por las noches. El dentista me hizo una férula de descarga para aliviar la presión y no desgastar los dientes. 

Actualmente estoy en la recta final de la preparación a una oposición y esta situación, con tanta tensión y con muchas horas de estudio diarias, ha hecho que mi situación empeore. Ya hace un tiempo que no duermo bien y por las mañanas me suelo levantar con dolor de cabeza. Además, a lo largo del día la tensión se me va a la mandíbula, a las cervicales y a la parte alta de la espalda.

Así que decidí ir a la consulta de Emilia para encontrar alivio. Y la verdad es que me está yendo genial. Desde que empecé a ir me siento mucho más relajada, ya no me cuesta tanto dormir y me levanto por las mañanas descansada, cosa que hace mucho que no sentía. Incluso he notado que estoy de mejor humor. 

Además me ha recomendado unos ejercicios de control de la respiración que me están ayudando a gestionar mejor el estrés.

Susana Roldán
Consultora de Macrobiótica
Dolor en la cadera y pie

Acudí a Emilia porque tenía un dolor en la cadera, no era muy intenso, pero si molesto, que aparecía sobre todo cuando me ponía de pie después de estar mucho rato sentada. También, días anteriores a la sesión, empecé a sentir a ratos un dolor punzante en el pie.

Emilia me trató las zonas dolorosas con mucho cuidado y esmero poniendo especial atención en mis sensaciones y necesidades y al ritmo que mi cuerpo le permitía.

Ya, en la primera sesión salí renovada, notando mucha mejoría, y a día de hoy ya no tengo dolor. 

Emilia es una profesional del bienestar atenta y respetuosa, y no tengo la menor duda en volver a ponerme en sus manos cuando lo necesite.

Marina Ruiz
Dependienta de carnicería
Dolor de rodillas

Cada día volvía de trabajar casi como un robot, cansada y con un dolor de rodillas que solo me pedía tumbarme en el sofá y poco más. Así estuve casi tres años en los que mi vida era solo el trabajo. 

Me animó una amiga a ir a la consulta de una naturópata, Emilia; no llegué muy convencida.  Ella me pidió la paciencia de asistir a seis visitas para notar un cambio. Y confié, no me quedaba otra. 

Ahora empiezo a sentirme mejor, muchos días no tengo dolor. He recuperado la ilusión por hacer cosas y eso se nota hasta en mi matrimonio. Continuaré viniendo a la consulta, ahora ya cada quince días. Le estoy muy agradecida. Como ella dice, estoy en el camino de la recuperación.